Una Boda en el Campo

Una Boda en el Campo

La preciosa Boda de Carmen y Juan, contada en primera persona por la Novia.

«Creo que lo mejor para reflejar mi boda, es empezando por el principio de todo. Conocí a Juanma con 11 o 12 años, ambos veraneábamos en Fuengirola y aunque pasaron 13 o 14 años sin vernos, ni saber el uno del otro, ni siquiera con su hermana, ya que en “nuestros tiempos” no existían las redes sociales, ni nada parecido. Una noche mi hermano me lo volvió a presentar y digo me lo volvió a presentar porque después de tantos años no lo reconocí.

Al principio coincidíamos en el mismo sitio un día y otro hasta que surgió una relación que después de seis años ha terminado en boda.Todo empezó en febrero, tras mucho meditarlo ambos decidimos dar el paso y empezar los preparativos. Lo primero fue la iglesia, sería en el Colegio Santa Victoria, yo fui alumna 15 años y no puede haber algo más bonito que casarse en el colegio en el que he pasado tantísimos años.

Una vez puesta la fecha en la iglesia, lo comunicamos a nuestras familias, porque si algo teníamos clarísimo era que la celebración sería en la finca familiar, actualmente sede de nuestra Yeguada (Yeguada Ramírez o Casa del Caballo Andaluz), donde he pasado con mi hermano, mis primos y familiares toda mi infancia. No hay palabras para describir lo bonito que es celebrar ese día con la gente que quieres en ese jardín y en ese patio donde tan buenos recuerdos tengo y donde he jugado desde que tengo uso de razón.Decir que, por supuesto los preparativos no son los normales de cualquier novio o novia, puesto que cuando uno lo celebra en su casa, tiene más responsabilidad, si cabe, de que salga mejor que bien.

Las flores del jardín tienen que estar perfectas para ese día, el césped, la pintura de la casa, puertas, iluminación…. Además de encargarnos de los preparativos hasta el último momento, como es la colocación de mesas, y supervisando todo hasta el final. Juanma optó por vestirse en la casa de sus padres y yo me fui al hotel Casas de la Judería.Respecto al catering confiamos en bodegas Campo Manes, los cuales han trabajado en varias ocasiones con nosotros y teníamos confianza plena. Después nos demostraron que acertamos de lleno. El menú consistió en ensalada de perdiz con queso de cabra y pasas y de segundo arroz con bogavante, para terminar con brownie de chocolate blanco alternando con torquemada con helado de vainilla.

Tanto el ramo como la decoración de las flores, no podían ser otros que Andaluflor, conocíamos a Cristina y su trabajo, y sabíamos que no nos equivocábamos, además tanto ella como su marido comparten la afición por los caballos. Para mi ramo, quería que estuviera compuesto la mayor parte de lavanda, flor que me recuerda a mi abuela, junto con romero, le añadimos un poco de brezo blanco, eucalipto y flor de cera y por último una rosa blanca que me acompañaba justo en mitad del ramo, la cual tuvo la virgen del Rosario de Córdoba en su salida extraordinaria justo seis días antes de casarme.

Respecto al fotógrafo (De la fuente), Jose Manuel y Blanca han sido los elegidos. Alfon Aguilera fue el encargado de hacernos el video, nos conocíamos de pequeños pero la boda volvió a unirnos después de muchísimos años, y ¡gracias! ¡Porque no puedo estar más contenta con el resultado! Ha sabido plasmar ese día a la perfección.

En la barra libre tuvimos dos grupos, el primero fue Arroz con frijoles un grupo de flamenco-fusión, el segundo grupo fue Time Machine con Pepe Gancho como líder, en la música confiamos en My sound para terminar con el violín de Eduardo Wals.Para la elección del vestido, lo que tenia claro eran dos cosas, primero que no me iba a ir a firmas de  tipo comercial y segundo que no quería irme fuera de Córdoba. A partir de ahí solo tuve que ir a dos sitios para probarme vestidos y coger ideas de lo que quería y lo que no quería.

Cuando llegue a Lola Martín me atendió Cristina, y todavía a día de hoy recuerdo el día que llegue con una idea en la cabeza y como me puso un vestido base recto, a partir de ahí empezó a colocarme tela de un lado a otro, no sé cómo ocurrió pero pude verme tal cual yo me imaginaba entre tanta tela de aquí allá. Hay personas que les cuesta comprar a medida, ya que no son capaces si no se han probado antes, pero yo lo tenia tan claro y Cristina me lo supo plasmar tan bien que confié al 100% en ella, poco a poco entre las dos fuimos creando un vestido que como yo siempre he dicho, la palabra que mejor lo define es diferente.

El velo al igual que el vestido los dejé en sus manos, ya que buscaba un tul de seda pero con plumeti bordado a mano, al igual que en el vestido quería dar ese toque distinto.En peluquería confié en Rafa Maqueda, y en maquillaje en Maica, de Menchu Benítez, gran tándem acostumbrados ambos a trabajar el uno con el otro y que es acierto seguro.Y lo mismo que sabia que para el vestido no quería salir de Córdoba, para el tocado tenia claro que debía hacerlo.

En la boda de mi hermano me puse en las manos de Patricia de Buffuna hats, y desde ese instante supe que el día que me casara ella seria la encargada de dar forma a mi tocado. Si es verdad que al principio estaba un poco perdida, ya que por una parte tenia claro que no quería ponerme ni flores ni tiaras, pero tampoco tenia una idea clara de lo que buscaba, pero tanto mi madre como yo, al entrar en su taller sabíamos que no hay nadie como Patricia y Antonio para dar forma y color a lo que quieres.

Grandes profesionales y grandes trabajadores. Por último, para los zapatos mi referente eran las Merceditas de Manolo Blahnik un clásico que no pasará de moda, en color blanco y de ante y para ello me puse en manos de Tuca Román, para que me hiciera el zapato a medida.» 

Carmen, ha escrito este precioso relato de un día inolvidable, por lo que le estamos muy agradecidas y además, nos ha ofrecido desinteresadamente las fotografías de su enlace y celebración para que las disfrutemos en el Blog. Enhorabuena y que Vivan los Novios.